Man on tablet in factoryUn sello distintivo de esta joven década es el desafío, forjado por la pandemia, las divisiones, los conflictos globales y los problemas de la cadena de suministro. Y si bien nos gusta —y con razón— hablar sobre los importantes avances que nuestras industrias han logrado colectivamente para mejorar la inocuidad alimentaria a lo largo de los años, estos y otros desafíos continúan impactando la cadena de suministro de alimentos.

Identificar obstáculos, por supuesto, es el primer paso para superar retos que se interponen en el camino de un suministro de alimento seguro. En un reciente seminario digital, Caleb Lawrence Alcala, Auditor principal de Seguridad Alimentaria y Alimentaria de SGS Canadá, señaló tendencias y desafíos bajo los tres factores generales de los temas sociales, económicos y ambientales. “Como cualquier industria, estos factores interactúan y por lo tanto afectan la forma en que nuestros consumidores objetivo visualizan nuestros productos”, dijo.

Obstáculos sociales y económicos para la inocuidad de los alimentos

La pandemia del COVID-19 ha sido uno de los principales retos dentro del factor social. Según Alcalá, aun cuando la crisis ha revenido, la posibilidad de nuevas variantes de Covid —y quizás virus emergentes que podrían causar otro brote o pandemia— mantiene a las personas y a las empresas en un modo cauteloso. La transparencia de la cadena de suministro también está ligada a los problemas sociales, ya que los consumidores evalúan cada vez más a las empresas en busca de fuentes éticas, trato humano y disponibilidad de opciones más saludables.

Las tendencias económicas como la inflación y la escasez de mano de obra también están dando forma al mercado y plantean obstáculos actuales y potenciales. Una población creciente y diversa, unida al aumento del costo de los insumos, afecta la forma en que se fabrican y comercializan los productos. En tanto, a medida que se aceleran el interés y las acciones para mejorar la sustentabilidad, quienes se encuentran a lo largo de la cadena de la de la granja a la mesa están haciendo otros ajustes que podrían afectar potencialmente la inocuidad alimentaria, señaló Alcalá.

Brechas y tendencias de no conformidad

En medio de todos los desafíos, hay algunas brechas notables en el cumplimiento de las normas de inocuidad alimentaria como SQF. Tammie Van Buren, Gerente de Cumplimiento de SQFI, se encargó de las tendencias de inconformidad de SQF durante el reciente seminario digital con SGS.

Aunque la ventilación y la falta de un plan de inocuidad alimentaria se han mantenido inconformes críticas consistentes en los últimos cinco años, algunas tendencias de inconformidad han cambiado de 2018 a 2022. En 2021 —cuando se dio a conocer SQF Edición 9-- las auditorías e inspecciones internas subieron la lista de tendencias críticas e importantes de inconformidad, al igual que la responsabilidad de manejo, las acciones correctivas y preventivas y la prevención de plagas. “Eso me demuestra que nuestros auditores están enfocados y profundicen en temas que crean otros temas. Por ejemplo, los sitios que no tienen un buen programa interno normalmente no tienen una buena auditoría externa”, explicó Van Buren. Ella recomienda que las empresas echen un vistazo a las áreas críticas de inconformidad para asegurarse de que se están enfocando en ellas, ya sea manteniendo una fuerte cultura de inocuidad alimentaria, realizando auditorías internas regulares o siguiendo otros estándares establecidos por SQF.

Para abordar y superar estos obstáculos y brechas, Alcalá también enfatizó la importancia de seguir estándares como SQF para crear una mentalidad de anticipación y preparación continuas. “Testos cambios seguirán ocurriendo, y es importante que nos adaptemos para sobrevivir”, dijo.

SGS es un patrocinador principal de SQF365 y cualquier pregunta relacionada con este tema se puede enviar a food.nam@sgs.com

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